La final de la Copa Libertadores 2025 tuvo un ganador inesperado

La final de la CONMEBOL Libertadores 2025, disputada el pasado sábado 29 de noviembre en el Estadio Monumental de Lima, enfrentó a los brasileños Flamengo y Palmeiras, con triunfo de Flamengo por 1–0. El encuentro no solo convirtió el coloso de Ate en un mar de camisetas rojinegras y verdes, sino que también desbordó la ciudad con miles de hinchas llegados principalmente desde Brasil. En total, más de 51 mil visitantes nacionales y extranjeros arribaron a la capital, generando una semana de intensa actividad turística, comercial y gastronómica.

Basta caminar por Miraflores, Barranco o el Centro Histórico para imaginar lo que fueron esos días: bares llenos, hoteles al máximo, taxis y aplicaciones saturadas, grupos de aficionados cantando en parques y restaurantes abarrotados desde la mañana hasta la madrugada. El ambiente fue tan intenso que, según estimaciones del sector, el movimiento económico superó los US$ 86 millones, una cifra que sobrepasó ampliamente las expectativas iniciales.

La mayoría de visitantes llegó desde Brasil, seguidores de Flamengo y Palmeiras, y su gasto promedio alcanzó los US$ 1,044, muy por encima de lo registrado en la final de 2019. Además, muchos de ellos decidieron que el fútbol no sería su única experiencia en el país: el 28% extendió su estadía para conocer otros destinos. Cusco fue el favorito, mientras que Ica, especialmente Paracas y Nasca, también vivieron un incremento notable de turistas emocionados por descubrir el Perú más allá del estadio.

Un detalle que llamó la atención es que más de un tercio de los visitantes extranjeros ya había estado antes en el país, lo que demuestra la fidelidad que despierta el Perú entre los viajeros que prueban su comida, su cultura y su hospitalidad. Incluso un 18% de hinchas comentó que también asistió a la final del 2019 en Lima.

En alojamiento, los hoteles fueron la primera opción, seguidos por departamentos y espacios tipo Airbnb. El día del partido, Lima se convirtió en un escenario vibrante en el que miles de aficionados cambiaron los nervios previos al encuentro por celebraciones que se extendieron por toda la ciudad.

La final de la Libertadores 2025 no solo definió a un campeón sudamericano: dejó una fuerte inyección económica, fortaleció la imagen de Lima como sede de grandes eventos y confirmó que, cuando el fútbol llama, los hinchas llegan dispuestos a vivir una experiencia completa dentro y fuera de la cancha.